Boris Charmatz, un icono vanguardista en la escena de la danza contemporánea, será homenajeado en el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque de Madrid este febrero con dos de sus obras más representativas. El Área de Cultura, Turismo y Deporte ha diseñado una programación que destaca la contribución del coreógrafo francés al arte escénico.
El 20 de febrero, Charmatz presentará «SOMNOLE», una coreografía en solitario acompañada solo por el delicado sonido de un silbido. Esta pieza marca un retorno a lo esencial, destacando la capacidad de Charmatz para transformar lo cotidiano en arte puro, explorando la somnolencia como estado intermedio entre el sueño y la vigilia. El enfoque minimalista de «SOMNOLE» permite que el espectador se sumerja en un diálogo entre el cuerpo y el sonido, invitando a una reflexión profunda sobre los límites y las posibilidades del movimiento.
Dos días después, el 22 de febrero, el escenario acogerá «(Untitled) (2000)» de Tino Sehgal, obra en la que Charmatz actúa junto a Frank Willens. Esta pieza se presenta sin música ni escenografía, utilizando el cuerpo desnudo como único vehículo para transmitir una narrativa de la historia de la danza del siglo XX. «(Untitled)» desafía las convenciones al llevar la estética museística al escenario, creando una experiencia única que trasciende la danza y se adentra en el territorio del arte visual.
Charmatz, conocido por su enfoque disruptivo e innovador, ha redefinido continuamente el concepto de danza a lo largo de su carrera. Sus proyectos, como la escuela efímera Bocal y el Musée de la danse, cuestionan el estado actual de los cuerpos contemporáneos y proponen nuevos contextos para el perfomance, desde museos hasta espacios al aire libre. Su obra refleja un deseo constante de conectar la teoría con las sensaciones físicas, ofreciendo una experiencia sensorial y cerebral a partes iguales.
Ambas piezas forman parte de la exposición «Este puede ser el lugar. El museo performado», que se puede visitar en la Sala de Bóvedas de Condeduque. Esta muestra se centra en la relación entre la danza y el espacio expositivo, subrayando cómo el arte performativo puede transformar nuestra percepción de los entornos culturales.
La carrera de Tino Sehgal también merece mención, habiendo llevado sus innovadoras propuestas a escenarios como la Bienal de Venecia y la Tate Modern de Londres, antes de centrarse en el ámbito de las artes visuales. Su colaboración con Charmatz en «(Untitled)» es una síntesis poética y poderosa que desafía las definiciones tradicionales del arte escénico.
La programación en Condeduque promete ser un evento imperdible para los amantes de la danza contemporánea y aquellos interesados en la permeabilidad entre disciplinas artísticas. Con estas presentaciones, Boris Charmatz no solo exhibe su maestría técnica, sino que invita al público a cuestionar y participar en una conversación sobre el futuro del arte y la danza.