Steve Bannon, exasesor del expresidente Donald Trump, ha sido liberado de prisión a tan solo una semana de las elecciones estadounidenses. Al salir de la cárcel de Danbury, Connecticut, llamó a Trump a proclamarse ganador de las elecciones si obtiene el mismo número de votos que en 2020, anticipando una intensa batalla legal tras los comicios. Bannon, conocido por haber dirigido la campaña presidencial de Trump en 2016, sostiene que el equipo del expresidente está mejor preparado que en el pasado para enfrentar cualquier controversia en torno al recuento de votos. Su declaración refuerza la estrategia republicana de minar la confianza en el proceso electoral y siembra el temor de que Trump podría declarar su victoria antes de que termine el escrutinio oficial.
El regreso de Bannon al ámbito público coincide con la creciente preocupación de que Trump no acepte los resultados electorales a menos que sean favorables. Este movimiento genera inquietud tanto entre demócratas como republicanos, rememorando el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Trump mismo ha alimentado esta desconfianza en actos públicos y entrevistas recientes, afirmando que solo aceptará resultados si son, en sus palabras, «justos y legales». La inminente jornada electoral del 5 de noviembre se presenta crucial, con ambos candidatos intensificando sus campañas para persuadir a los votantes sobre la viabilidad de sus propuestas frente al desorden que podrían representar sus adversarios, en un país que aguarda con expectación el desenlace.
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