El caos generado por las devastadoras lluvias torrenciales en Valencia, calificadas como la peor gota fría del siglo en España, ha desencadenado una ola de saqueos que ha incrementado la tensión en las áreas más afectadas. Con cerca de 200 muertos ya confirmados y un número aún indeterminado de desaparecidos, la desesperación y el desorden han abierto la puerta a actividades delictivas en localidades como Aldaya y Paiporta. En Aldaya, la policía ha detenido a cinco jóvenes de nacionalidad marroquí tras ser sorprendidos robando en un centro comercial devastado por la tormenta. Del mismo modo, otras detenciones han tenido lugar en la misma zona, evidenciando un patrón de saqueos en establecimientos vacíos y expuestos tras el temporal.
La magnitud de los daños y el número de personas afectadas han puesto a las fuerzas de seguridad en máxima alerta, con más de 60 personas ya detenidas, entre ellas menores de edad. Los delincuentes, aprovechando la vulnerabilidad generalizada, se enfrentan a hasta tres años de prisión según el artículo 235 del Código Penal, que castiga severamente el robo en situaciones de desastre. Mientras tanto, la crisis humanitaria sigue intensificándose. Equipos de la Guardia Civil, UME y Policía trabajan incansablemente en el rescate de cuerpos, especialmente en zonas gravemente afectadas como los garajes de Paiporta, anticipándose a una cifra de muertos que puede superar los 200 fallecidos. Entre la desolación y el saqueo, Valencia afronta una doble lucha que complica aún más la recuperación tras esta devastadora catástrofe natural.
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