La Comunidad de Madrid ha implementado una nueva normativa para los centros educativos, obligándolos a impedir cualquier tipo de violencia y a acoger a los menores en el primer ciclo de Secundaria. Este esfuerzo pretende proporcionar un entorno seguro y protegido para los estudiantes, con el fin de mejorar su bienestar y desarrollo personal. Las autoridades educativas han señalado que esta medida responde a la necesidad de proteger a los menores durante una etapa crucial de su formación, buscando así prevenir situaciones de acoso y violencia en los centros escolares.
La obligatoriedad de acoger el primer ciclo de Secundaria también tiene como objetivo garantizar una transición más efectiva y segura desde la Primaria. Los nuevos centros deberán ajustarse a estas exigencias, integrando políticas y procedimientos específicos para la prevención de la violencia escolar. Se espera que estas directrices contribuyan sustancialmente a la creación de un ambiente educativo más seguro, donde los jóvenes puedan concentrarse en su aprendizaje y desarrollo sin temor a situaciones de violencia o acoso.
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