La crisis política en Venezuela, desencadenada tras las elecciones del 28 de julio, continúa repercutiendo en la arena política española. En respuesta a las declaraciones de la ministra de Defensa española, Margarita Robles, quien calificó al régimen de Nicolás Maduro como una dictadura, Venezuela ha llamado a consultas a su embajadora en Madrid y ha convocado al embajador español en Caracas. La escalada de tensión amenaza con romper relaciones diplomáticas y comerciales entre ambos países. Paralelamente, el líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, presiona para que el Gobierno español reconozca a Edmundo González como presidente legítimo de Venezuela, un movimiento que podría aumentar aún más las tensiones con el régimen de Maduro.
En Madrid, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, enfrenta un complejo escenario diplomático. A pesar de la crisis con Venezuela, Albares debe centrarse en Oriente Próximo, donde tiene prevista una reunión con representantes árabes, palestinos, europeos y con el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, con el objetivo de avanzar en la ‘Reunión de Madrid: por la aplicación de los dos Estados’. Esta jornada se desarrolla en un contexto en el que las críticas del PP al Gobierno español sobre su gestión de la inmigración se intensifican, mientras Feijóo se encuentra de visita en Grecia para abordar precisamente este tema.
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