La presidenta regional ha expresado su condena ante lo que describe como un «sabotaje» en las infraestructuras locales, enfatizando que esta situación pone de manifiesto un deterioro que se ha gestado durante años. En sus declaraciones, destacó que, aunque las acciones recientes son claramente actos de sabotaje, el problema de fondo radica en la falta de diligencia y mantenimiento que se arrastra desde hace tiempo. Su crítica se centra en la perpetua ineficiencia que, según ella, ha caracterizado la gestión de estos servicios esenciales.
Aunque la mandataria condena el sabotaje, no exime al Gobierno de su responsabilidad en la situación actual. Subrayó que la crisis es un reflejo de problemas estructurales no abordados, recordando que las fallas en el funcionamiento no son un fenómeno nuevo. La presidenta instó a que se realicen las reformas necesarias para garantizar que las infraestructuras puedan resistir este tipo de incidentes en el futuro, apelando a una revisión exhaustiva de las políticas de gestión y mantenimiento para evitar que la región continúe enfrentando estas crisis recurrentemente.
Leer noticia completa en El Mundo.