En un enfrentamiento marcado por las tensiones equivalentes de ambas escuadras, el partido entre el Mallorca y su rival en casa resultó ser un despliegue de resistencia y táctica. Desde el inicio, Robert Navarro del Mallorca tuvo oportunidades claras que, de haber encontrado el éxito, habrían reducido la amenaza del Rayo a una simple llovizna. Aunque la primera mitad replicó el nivel de mediocridad del encuentro previo en Cornellá el Prat, la presión alta de ambos equipos neutralizó intentos significativos de avance. Mientras ambos conjuntos recurrían a jugadas de fútbol directo y pases largos, el Mallorca obtuvo una leve ventaja gracias a la presencia de Muriqi. Sin embargo, esta no resultó ser decisiva en los primeros 45 minutos.
La segunda mitad transformó el terreno de juego en un campo de batalla bajo el liderazgo de las fuerzas de Arrasate, quienes sitiaron el área adversaria con creciente intensidad. Las contribuciones de Mojica, Maffeo, y Robert Navarro, orquestadas por Sergi Darder, presionaban continuamente la fortaleza defensiva del Rayo. Sin embargo, el cambio de rumbo se consolidó cuando Dani Rodríguez y Muriqi se unieron para romper las defensas con un ataque certero, culminando con el gol decisivo. Con el marcador a su favor, el Mallorca extendió sus esfuerzos para proteger su reciente ventaja, resguardando un triunfo que combinó táctica con sacrificio, en una lección bien aprendida tras el desliz contra el Espanyol, una enseñanza vital para futuros encuentros.
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