La fibromialgia es una enfermedad crónica que, según el Instituto Nacional de Estadísticas de España, afecta mayormente a mujeres. Esta dolencia se caracteriza por síntomas como dolor musculoesquelético, fatiga crónica y alteraciones emocionales, condiciones que pueden paralizar a los pacientes durante los brotes. La lucha contra este trastorno, que no tiene cura, requiere un enfoque multidisciplinario, involucrando a reumatólogos, fisioterapeutas, psicólogos y nutricionistas. La alimentación resulta crucial, debido a que quienes padecen fibromialgia suelen necesitar mayores niveles de minerales como calcio, magnesio y selenio, así como vitaminas específicas.
El abordaje alimenticio para la fibromialgia sugiere una ingesta de alimentos frescos y ricos en nutrientes, incluyendo frutas, verduras, pescados y carnes blancas, además de frutos secos y especias. Clara Sánchez, nutricionista, y otros expertos destacan la importancia de estos alimentos por su contenido antioxidante y antiinflamatorio. Sin embargo, se advierte evitar ciertos elementos que podrían exacerbar los síntomas, como el glutamato y el gluten. Aunque no existe una dieta milagrosa, seguir estas recomendaciones puede contribuir a mejorar la calidad de vida de quienes luchan contra esta compleja enfermedad.
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