Desde el inicio del partido, Alcaraz mostró un dominio total, buscando las líneas con golpes precisos y manteniendo la intensidad alcanzando todas las bolas, pasasen o no la red. Su desempeño fue impecable, destacando por su capacidad para convertir cada intercambio en una muestra de su talento y energía. Dominando el ritmo del juego, Alcaraz dejó claro desde los primeros minutos que estaba dispuesto a pelear por cada punto, evidenciando su superioridad técnica y física.
A medida que avanzaba el enfrentamiento, la confianza de Alcaraz no hizo más que crecer. Sus golpes certeros y su movilidad en la cancha desarmaron cualquier intento de su oponente por equilibrar el marcador. La concentración del joven tenista español y su estrategia implacable fueron factores determinantes para mantener el control durante todo el encuentro, sellando su victoria con una combinación de potencia y precisión que dejó sin opciones al rival. Con esta actuación, Alcaraz sigue consolidando su posición como una de las grandes promesas del tenis mundial.
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