Estados Unidos y Ucrania han alcanzado un acuerdo estratégico para la explotación conjunta de minerales en territorio ucraniano, un movimiento que busca no solo asegurar un suministro de recursos críticos como litio, titanio y metales de tierras raras, sino también fortalecer las relaciones bilaterales con la administración de Donald Trump. La negociación llega en medio de tensiones por las presiones estadounidenses para que Ucrania compense las ayudas recibidas, aunque ambas partes han eludido establecer una cifra concreta de retorno económico. El acuerdo, que omite garantías explícitas sobre seguridad, compromete a EEUU a brindar un apoyo a largo plazo para el desarrollo económico de Ucrania en un intento de alcanzar un alto el fuego con Rusia. La firma del pacto podría concretarse próximamente con la visita del presidente ucraniano Volodimir Zelenski a Washington.
El contexto del acuerdo está marcado por la cruda realidad de un conflicto en Ucrania que ya ha dejado miles de víctimas civiles, mientras se cumplen tres años de hostilidades. El anuncio coincide con la negativa de Estados Unidos de apoyar una resolución de la ONU que instaba la retirada de tropas rusas del territorio ucraniano, alineándose con Rusia y Corea del Norte en la votación. Mientras algunos líderes europeos evalúan el envío de tropas para garantizar una paz duradera, el compromiso de Estados Unidos en términos de asistencia militar sigue en duda. El primer ministro británico, Keir Starmer, señaló la importancia del apoyo estadounidense para viabilizar la presencia europea en la región, en vísperas de su visita a la Casa Blanca, donde anticipa insistir en esta necesidad crítica para la estabilidad regional.
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