El expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero ha mantenido un controvertido rol como mediador en la crisis venezolana tras finalizar su mandato en 2012. Tras alejarse gradualmente de su partido, el PSOE, Zapatero intensificó su actividad diplomática en América Latina, particularmente en Venezuela, donde ha trabajado estrechamente con figuras del régimen chavista, como Delcy Rodríguez. Su labor ha sido vista de manera ambivalente; mientras algunos lo consideran un «mediador» que busca soluciones políticas, la mayoría de la oposición venezolana lo acusa de favorecer al régimen de Nicolás Maduro, especialmente tras las cuestionadas elecciones presidenciales de 2018.
En un reciente episodio, Zapatero facilitó la salida de Edmundo González, candidato opositor, de Venezuela hacia España, hecho que suscitó críticas y desconfianza entre los opositores venezolanos. La oposición y otros exdiplomáticos afirman que Zapatero contribuye a blanquear la imagen del régimen chavista, neutralizando los esfuerzos internacionales para presionar por un cambio democrático en el país. Pese a ello, Zapatero continua defendiendo su papel como mediador, mientras otras voces como la del también expresidente Felipe González, más crítico con el chavismo, subrayan la desconfianza y el escepticismo hacia cualquier cesión electoral por parte de Maduro.
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