El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, recientemente declaró la ley marcial en el país, citando la necesidad de preservar el orden constitucional. Sin embargo, esta medida se levantó apenas seis horas después, al enfrentar una fuerte oposición tanto de la Asamblea Nacional, dominada por el Partido Democrático, como de figuras de su propio partido. Este acto, que ha sido considerado como la ley marcial más efímera en la historia de Corea del Sur, ha puesto en tela de juicio la posición de Yoon en la presidencia, y se espera que enfrente presión para dimitir o ser destituido mediante un proceso de impeachment. La situación refleja la creciente tensión política en la nación asiática, donde el partido de oposición ha acusado al gobierno de Yoon de incompetencia y desconexión con los problemas económicos de los surcoreanos.
Yoon, quien ascendió al poder como candidato del Partido del Poder Popular tras una ajustada victoria electoral en 2022, ha visto su mandato debilitado por la falta de control sobre la Asamblea Nacional y escándalos políticos que han salpicado incluso a su entorno cercano. Tras una fructífera carrera como fiscal, donde logró sentencias contra expresidentes y altos funcionarios, Yoon se ha convertido en el primer presidente de la democracia surcoreana en gobernar sin el apoyo parlamentario. La gestión de Yoon está marcada por una relación conflictiva con la oposición liberal, quienes lograron fortalecer su mayoría en las elecciones legislativas de 2024, cimentando así un desafiante contexto político para el actual mandatario surcoreano.
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