El presidente de Estados Unidos ha anunciado medidas de represalia comercial contra España debido a la negativa del país europeo a incrementar su inversión militar hasta el 5% del PIB, según lo contemplado en acuerdos previos entre miembros de la OTAN. La decisión ha sido comunicada en un contexto de crecientes tensiones diplomáticas, donde Washington busca que sus aliados compartan más equitativamente el peso financiero de la defensa común. La administración estadounidense considera que el incumplimiento por parte de España supone una desventaja competitiva y una falta de compromiso con la seguridad global.
La posible imposición de medidas comerciales podría afectar sectores estratégicos, incluyendo el agrícola y el tecnológico, de acuerdo a fuentes gubernamentales. España, por su parte, ha manifestado su descontento con la presión estadounidense y ha defendido sus niveles actuales de gasto militar como adecuados en función de sus capacidades económicas. Esta situación ha generado incertidumbre en los mercados y ha provocado reacciones mixtas en el ámbito político y empresarial, mientras ambos países buscan mecanismos de diálogo para evitar una escalada en las tensiones comerciales.
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