El yogur se ha consolidado como un superalimento en la dieta humana, lo que lleva a muchos dueños de perros a preguntarse si sus mascotas también pueden beneficiarse de él. Aunque el yogur no es tóxico para los perros, su digestibilidad varía entre individuos. Este alimento es rico en proteínas, calcio y probióticos, que pueden contribuir al equilibrio intestinal, pero su contenido de lactosa podría provocar malestar gastrointestinal en aquellos que han perdido la enzima necesaria para su digestión, causando problemas como gases o diarrea. Por esta razón, es recomendable introducirlo en pequeñas cantidades y observar cualquier reacción adversa.
Sin embargo, el yogur no debe ser un alimento básico en la dieta canina, sino un complemento ocasional. Se sugiere limitar su ingesta a una o dos cucharadas varios días a la semana para evitar riesgos de sobrepeso o pancreatitis. Además, es fundamental elegir yogures naturales sin azúcares añadidos, ya que sabores como los de frutas pueden contener ingredientes tóxicos para los perros. Para aquellos con estómagos sensibles, cachorros o perros mayores, siempre es recomendable consultar con un veterinario antes de incluirlo en su dieta. En general, el yogur puede ser una opción segura, pero su uso debe ser moderado y adecuadamente supervisado.
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