Yaël Braun-Pivet ha sido reelegida presidenta de la Asamblea Nacional de Francia con 220 votos, superando al comunista André Chassaigne y al ultraderechista Sébastien Chenu. La victoria, respaldada por diputados conservadores, representa un golpe a la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) que reclama la potestad de gobernar. Braun-Pivet destacó la responsabilidad y necesidad de compromiso en una Cámara fragmentada. La izquierda, liderada por figuras como Mathilde Panot y Boris Vallaud, acusó al macronismo de ignorar el deseo de cambio expresado en las urnas. La elección refleja la inestabilidad política actual y la dificultad para formar un gobierno sólido.
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