En un reciente evento en el Auditori 1889, celebrado en honor a la retirada de Andrés Iniesta, se evidenció una notable tensión entre figuras clave del FC Barcelona. A pesar de que Iniesta fue el protagonista de la jornada, el enfoque mediático se centró en la relación entre el exentrenador Xavi Hernández y el presidente del club, Joan Laporta, quienes evitaron cualquier tipo de interacción pública. Xavi, quien asistió al evento junto a su pareja Nuria Cunillera, ha visto cómo su relación con Laporta se ha deteriorado desde su salida del club. Anteriormente, Xavi había destacado las dificultades económicas que limitaban la competitividad del equipo, comentarios que no cayeron en gracia a Laporta y que desembocaron en la eventual destitución del catalán.
En contraste, la relación entre Xavi y su sucesor, Hansi Flick, parece florecer, alejándose de la polémica que envuelve al exjugador con la directiva. Desde que Flick asumió el mando, el Barcelona ha mostrado un notable rendimiento, estableciéndose como líder de la Liga con 24 puntos. Este éxito ha acentuado la admiración pública que Xavi profesa a Flick, manifestada en redes sociales con un deseo de éxito hacia el entrenador alemán. El vínculo profesional y amistoso entre ambos es claramente positivo, con Flick mejorando el rendimiento de la plantilla culé, a pesar de los intentos internos de empañar la figura de Xavi. Mientras tanto, Laporta ha elogiado el enfoque de Flick, resaltando la capacidad del nuevo técnico para enfrentar las circunstancias sin recurrir a excusas.
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