La empresa vasca Wavegarden, fundada por el ingeniero industrial Josema Odriozola, se ha posicionado como líder mundial en la creación de piscinas de olas artificiales, un nicho que busca suplir la escasez de olas naturales para el surf. La idea de esta innovadora tecnología surgió cuando Odriozola observó la falta de espacio en la playa de La Concha, en San Sebastián, y decidió junto con su esposa, Karin Frisch, explorar la posibilidad de crear un entorno controlado para surfistas. Wavegarden ha logrado un éxito económico considerable, con una facturación de 35 millones de euros el año pasado y proyectos operativos en cuatro continentes, incluyendo un futuro parque junto al estadio del Atlético de Madrid.
El desarrollo de la tecnología que permite generar olas en piscinas llevó casi una década, un proceso que Odriozola realizó en Gipuzkoa, conocido por su sólido ecosistema industrial. Los parques de Wavegarden ofrecen una variedad de olas adaptadas a diferentes niveles de habilidad, similar a las pistas de esquí, lo que los hace atractivos tanto para principiantes como para surfistas profesionales. Aunque la empresa no comercializa los parques, proporciona la tecnología y el diseño, lo que implica una inversión significativa para los promotores. Con nuevos proyectos en construcción alrededor del mundo, Wavegarden no solo satisface la demanda de surfistas sino que también pretende revalorizar las áreas locales donde se instalan estas innovadoras piscinas.
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