El Departamento de Estado de EE. UU., bajo la dirección de Marco Rubio, anunció sanciones contra Francesca Albanese, relatora especial de la ONU para los territorios palestinos, acusándola de «antisemitismo descarado» y de alentar acciones políticas y económicas contra Israel. Washington argumenta que Albanese ha colaborado con el Tribunal Penal Internacional en investigaciones que involucran a ciudadanos estadounidenses e israelíes sin el consentimiento de estos países. Las sanciones incluyen el bloqueo de activos y la prohibición de entrada a EE. UU., medidas similares a las impuestas previamente al personal del tribunal de la ONU. El comunicado subraya que ni EE. UU. ni Israel son parte del Estatuto de Roma, por lo que consideran estas acciones como violaciones de su soberanía.
Albanese, conocida por sus críticas a la ofensiva israelí en Gaza, ha acusado a Israel de crímenes de guerra y genocidio. Su postura ha intensificado las tensiones, especialmente después de que amenazara con investigar grandes firmas estadounidenses como Blackrock y Vanguard por presuntas violaciones del derecho internacional. En medio de esta escalada, se llevaron a cabo conversaciones secretas en la Casa Blanca entre funcionarios de EE. UU., Israel y Catar para discutir un posible alto el fuego de 60 días en Gaza y un acuerdo sobre rehenes israelíes. Aunque existe un camino positivo hacia un acuerdo, persisten puntos de fricción sobre el retiro del ejército israelí de la Franja durante el alto el fuego.
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