La ambición de Estados Unidos de equilibrar la producción de semiconductores con Taiwán enfrenta obstáculos significativos. Según el secretario de Comercio, Howard Lutnick, la propuesta busca que la mitad de los chips consumidos en EE.UU. se fabriquen localmente, reduciendo así la dependencia de Taiwán y fortaleciendo la seguridad nacional. A pesar de las buenas intenciones, EE.UU. se encuentra con una cadena de suministro doméstica inmadura que le impide alcanzar este objetivo de manera inmediata.
Mientras TSMC y Samsung expanden sus instalaciones en Arizona y Texas, y Intel produce chips avanzados, el verdadero desafío radica en los nodos EUV de vanguardia y el packaging avanzado, donde Taiwán tiene un monopolio casi absoluto. La falta de proveedores locales de materiales críticos y equipos esenciales, mayormente concentrados en Asia y Europa, complica aún más la situación.
La expansión de TSMC en Arizona avanza, con una producción inicial prevista para 2024 y un crecimiento hasta 2032. Sin embargo, incluso con esta capacidad aumentada, la meta del «50/50» aún parece un sueño lejano sin una red local adecuada de materiales y equipos.
Además, el costo de producción en suelo estadounidense es considerablemente más alto que en Taiwán, lo que podría repercutir en el mercado y limitar la absorción del sobreprecio por parte de las empresas. Sin embargo, desde una perspectiva de seguridad, producir localmente podría ofrecer una protección valiosa en caso de disrupciones en Taiwán, impactando áreas críticas como la defensa y la sanidad.
Desde un punto de vista político, la independencia en la producción de chips se presenta como un símbolo del renacimiento industrial de EE.UU. No obstante, alcanzar el «50/50» requerirá definir claramente qué se incluye en este porcentaje, priorizar el leading-edge y el packaging, y lograr una mayor localización de proveedores internacionales.
En los próximos años, será crucial monitorear el progreso de las expansiones de TSMC, Intel y Samsung, junto con la evolución de la formación técnica y la atracción de talento en EE.UU. La clave no solo está en dónde se fabrican los chips, sino en cómo se construye una cadena de valor completa que asegure sustentabilidad a largo plazo.
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