En medio de crecientes tensiones económicas, asesores cercanos y partidarios del expresidente Donald Trump han expresado su preocupación por las políticas arancelarias propuestas, advirtiendo sobre el riesgo de desencadenar un «invierno económico nuclear autoinducido». Argumentan que las medidas arancelarias podrían tener efectos desastrosos en la economía, afectando no solo a los mercados internos, sino también a las relaciones comerciales internacionales. Pese a estos llamados de precaución, Trump se aferra a su convicción de que los aranceles son «la única cura para los problemas» económicos, desestimando las advertencias de expertos que predicen un posible colapso económico.
Mientras tanto, el clima político se caldea con un electorado dividido entre quienes apoyan las políticas proteccionistas y aquellos que temen sus repercusiones. Las tensiones aumentan a medida que Trump se muestra inflexible, una postura que podría redefinir la dinámica económica no solo en Estados Unidos, sino a nivel global. Contrario a las expectativas, Trump considera que fortalecer las barreras comerciales a través de los aranceles estimulará la producción interna y protegerá los empleos estadounidenses, un argumento que ha estado en el centro de su agenda económica desde su mandato. Sin embargo, los desafíos económicos y la postura contraria de sus asesores auguran un tenso escenario en los próximos meses.
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