El 1 de diciembre de 1955, Rosa Parks se convirtió en un símbolo de resistencia contra la segregación racial al negarse a ceder su asiento a un hombre blanco en un autobús de Alabama. Este acto catalizó una serie de protestas encabezadas por Parks y Martin Luther King que culminaron en la declaración de ilegalidad de la segregación en el transporte público por parte de la Corte Suprema de Estados Unidos. En un contexto diferente pero con reminiscencias preocupantes, el partido político Vox en España ha propuesto medidas que recuerdan a las viejas leyes de segregación, al exigir que los menores inmigrantes no acompañados, conocidos como «menas», no se sienten en las paradas de autobús. En su propuesta, Vox asocia a estos jóvenes con un incremento de inseguridad y desorden público, y demanda una mayor presencia policial en las cercanías de los centros de acogida.
Mientras tanto, vecinos como Rosario Fuentes, una mujer de 79 años que a diario utiliza el autobús en la zona afectada, expresan que nunca han tenido problemas con la presencia de los jóvenes inmigrantes. Por su parte, Emilia Lozano, de la organización ‘Somos Acogida’, apunta que el verdadero problema radica en la saturación de los centros de acogida, que solo ofrecen atención durante las comidas y el descanso nocturno. En este contexto, los menores deambulan por el barrio sin recursos ni actividades, buscando refugio en las marquesinas de autobús. La propuesta de Vox ha sido calificada como xenófoba y racista por miembros de otros partidos y activistas, quienes exigen un rechazo contundente a estas iniciativas. La controversia se ha intensificado tras una reciente sesión en el Ayuntamiento de Madrid, donde se denunciaron comentarios considerados racistas por parte de un concejal de Vox.
Leer noticia completa en El Pais.