En las últimas semanas, el partido político liderado por Santiago Abascal ha intensificado sus críticas hacia Cáritas, una de las principales organizaciones humanitarias en España. Las declaraciones de Abascal se han vuelto cada vez más tajantes, acusando a la entidad de tener una agenda política que, según él, no se alinea con los intereses nacionales. Estas acusaciones han generado un clima de tensión en el ámbito político y social, destacando la polarización existente en la discusión sobre el papel de las organizaciones no gubernamentales en el país.
Cáritas, conocida por su labor humanitaria y social, ha respondido defendiendo su compromiso con la ayuda a los más necesitados, insistiendo en que su único fin es apoyar a las comunidades vulnerables sin ninguna intención política. La organización ha recalcado la importancia de su trabajo en un contexto donde la crisis económica ha incrementado la demanda de sus servicios. Este intercambio ha suscitado un debate público sobre la independencia y el impacto del trabajo humanitario en el marco de las dinámicas políticas actuales.
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