Los líderes de ultraderecha europea, aunque unidos por posturas duras contra la inmigración y un enfoque nacionalista, presentan divisiones significativas en su posición sobre la invasión rusa de Ucrania y el papel de la Unión Europea en el conflicto. Marine Le Pen y Giorgia Meloni difieren en sus visiones respecto a figuras como Viktor Orban, creando fracturas dentro del Parlamento Europeo, particularmente entre los grupos de Identidad y Democracia (ID) y Conservadores y Reformistas Europeos (ECR). Ursula Von der Leyen ha marcado la línea roja, condicionando negociaciones a la adhesión a principios proeuropeos, pro-Ucrania y de respeto al estado de derecho, lo que deja fuera a partidos como Fidesz de Orban y Reagrupación Nacional de Le Pen. Mientras tanto, Orbán busca formar un nuevo grupo que unifique a ciertos partidos ultraderechistas de Europa Central y otros países. Esta configuración de fuerzas políticas deberá definirse antes del próximo pleno en Estrasburgo, programado para el 16 de julio.
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