La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, sigue respaldando a Teresa Ribera como candidata a vicepresidenta y comisaria, encargada de las políticas de transición limpia y competencia, pese a las tensiones crecientes entre los principales grupos políticos europeos. En las últimas 48 horas, el conflicto entre populares y socialdemócratas se ha intensificado, con acusaciones de ruptura del pacto proeuropeo por parte de la facción liderada por Iratxe García hacia el partido de Manfred Weber. El grupo de Weber exige que Ribera comparezca ante el Congreso de los Diputados para esclarecer su gestión del episodio DANA, condición que los socialdemócratas consideran una violación del acuerdo previamente establecido.
La política nacional española se extiende hasta Bruselas, manifestándose no solo durante la evaluación de Ribera, sino también en el Parlamento Europeo. La división entre las dos principales fuerzas políticas de la Eurocámara va más allá de discusiones específicas y amenaza con desbaratar la coalición entre populares, socialdemócratas y liberales. Con la fecha límite del 1 de diciembre para la formación de la nueva Comisión Europea, Von der Leyen insta a las partes a alcanzar un consenso, mientras las posibilidades de un acuerdo con los conservadores del ECR se presentan como una salida alternativa para los populares, lo que podría poner fin a la colaboración con los socialistas. Las negociaciones avanzan con el tiempo en contra, en un clima de incertidumbre que amenaza con desenredar la estabilidad política en el seno de la Unión Europea.
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