Bruselas ha manifestado su profunda preocupación por las recientes enmiendas introducidas por el presidente de Ucrania en la Oficina Nacional Anticorrupción y la Fiscalía Especializada Anticorrupción del país. Según fuentes comunitarias, estas modificaciones podrían comprometer la independencia y eficacia de las instituciones encargadas de combatir la corrupción, lo que podría tener repercusiones negativas en las relaciones entre Ucrania y la Unión Europea. La UE considera que el fortalecimiento de estas instituciones es crucial para el progreso del Estado de derecho y la estabilidad política en Ucrania.
Estas reformas son vistas por Bruselas como un posible retroceso en los compromisos adquiridos por Ucrania para alinearse con los estándares europeos, un requisito clave en su proceso de integración. Funcionarios europeos creen que estas acciones podrían influir negativamente en la confianza mutua y afectar el apoyo financiero y político que la UE ha brindado a Ucrania en su lucha contra la corrupción. La situación está siendo monitoreada de cerca mientras Bruselas evalúa las posibles implicaciones para el futuro de las relaciones bilaterales.
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