Las tensiones entre la dirección de Volkswagen y los sindicatos en Alemania aumentan a medida que continúan las negociaciones sin avances significativos sobre el despido de empleados y el cierre de fábricas. En un intento de encontrar un acuerdo antes de la Navidad, ambas partes se encuentran en un punto crítico, con la amenaza de votaciones sindicales que podrían desencadenar paros de 24 horas a partir de enero si no se logra una resolución para el miércoles. El director ejecutivo de VW, Thomas Schäfer, y el jefe de relaciones laborales, Gunnar Kilian, presentes en las conversaciones en Hannover, han comunicado al consejo de administración que la posibilidad de un acuerdo inminente es escasa. Las pláticas se extenderán hasta altas horas de la noche en un esfuerzo desesperado por avanzar, considerando la complejidad de discutir planes de reestructuración junto con las negociaciones salariales y la planificación quinquenal del grupo.
La tensión en las fábricas se ha intensificado con protestas y huelgas por parte de los trabajadores, que han abandonado sus puestos ante la propuesta de cerrar al menos tres plantas y despedir a miles de empleados para aumentar la competitividad en un desafiante mercado automotriz europeo. Pese a las manifestaciones, la dirección de VW se mantiene firme en sus planes de recorte de costes antes de las negociaciones colectivas, argumentando que son necesarias reducciones de gastos a corto plazo para mantener la competitividad de la empresa. Arne Meiswinkel, negociador principal y supervisor de recursos humanos, ha subrayado la necesidad de estas medidas para que la automotriz pueda operar de manera sostenible en el futuro. La situación pone de manifiesto un tenso enfrentamiento entre preservar empleos y la estratégica reestructuración corporativa.
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