El sector de las telecomunicaciones en España ha estado en el centro de atención debido a un nuevo desarrollo que involucra a Finetwork, un operador móvil virtual (OMV) con sede en Alicante. Después de meses de intensas disputas legales y financieras, el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Alicante ha aprobado el plan de reestructuración propuesto por Vodafone España. Esto significa que la multinacional británica, controlada por el fondo Zegona, tomará el control mayoritario de Wewi Mobile, la empresa matriz de Finetwork.
Este movimiento representa un cambio significativo para Finetwork, que desde principios de año se enfrentaba a problemas con Vodafone, su proveedor de red, por una deuda acumulada por el uso de infraestructura de fibra y móvil. El conflicto comenzó cuando Finetwork acusó a Vodafone de proporcionar un servicio deficiente, lo que provocó la suspensión de los pagos y llevó a la empresa a un estado de preconcurso de acreedores en mayo de 2025.
La intervención de un experto en reestructuración, FTI Consulting, permitió diseñar un plan en el que Vodafone asumiría el 95 % del control accionarial de Wewi Mobile. Además, la compañía se ha comprometido a aportar hasta 20 millones de euros en nueva financiación y a condonar 50 millones de euros en deuda mediante una ampliación de capital. Este plan también anula la intención de Finetwork de vender la compañía a Olin, una gestión que había sido explorada para mitigar la crisis.
Sin embargo, la ejecución del plan aún depende de la aprobación por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y del gobierno español, dado que implica la influencia de un grupo extranjero en un sector estratégico. Las autorizaciones podrían estar lista en un mes, y, de no ser aprobadas antes de finales de 2025, el acuerdo perdería vigencia. Sin embargo, se considera improbable cualquier bloqueo, dado el impacto positivo en miles de clientes.
La adquisición también tiene implicaciones para el consumidor y el mercado. Vodafone ha asegurado que su prioridad será mantener la estabilidad de los servicios de Finetwork. Este movimiento estratégico supondría una modificación en la dinámica del mercado, posicionando a Finetwork como una posible filial de bajo coste que compita directamente con otros operadores low-cost.
La situación refleja los desafíos enfrentados por los OMV en un mercado dominado por grandes grupos con poder financiero y control de infraestructura. Aunque garantiza un futuro para la marca Finetwork, podría implicar la pérdida de la independencia que caracterizó a la empresa desde su origen en Alicante.
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