Cerca de 22.000 personas se congregaron en Madrid en una manifestación centrada en la crisis de la vivienda, donde se alzaron voces exigiendo un freno a la creciente inflación de los precios inmobiliarios. La protesta destacó por la participación predominante de jóvenes que, armados con pancartas y consignas, indicaron que sus salarios no son suficientes para cubrir los costos de vivir en sus propias ciudades, sin importar su profesión o ingreso. Los manifestantes expresaron su frustración ante la incapacidad de acceder a este derecho fundamental y enfatizaron la urgencia de que los políticos de todas las instancias gubernamentales tomen medidas concretas para abordar esta problemática que consideran una emergencia nacional.
El sentir general de los participantes resalta que el problema de la vivienda no distingue entre sectores laborales, ya que tanto profesionales como trabajadores de diferentes áreas enfrentan el mismo dilema de precios inasequibles. Durante la jornada, EL PAÍS conversó con varios de los asistentes, quienes recalcaron la necesidad de una intervención inmediata por parte de las autoridades para evitar que la situación empeore. Además, la manifestación sirvió como un llamado a la solidaridad entre los ciudadanos afectados y un recordatorio del papel crucial que la vivienda juega en la estabilidad y el bienestar social.
Leer noticia completa en El Pais.