La doble campeona mundial y el nuevo prodigio de la marcha española han destacado no solo por su destreza atlética, sino también por su fuerte conexión personal basada en la fe cristiana y en la rica herencia deportiva de su país. Ambos atletas han resaltado el valor de la tradición en el éxito continuado de la marcha española, una disciplina que ha brindado numerosos triunfos al país. En sus declaraciones, han enfatizado que su papel es el de ser «un eslabón más de la cadena», reconociendo el legado que reciben y el que esperan dejar a las futuras generaciones.
Durante una emotiva celebración, McGrath, uno de estos destacados deportistas, recordó con especial cariño a un familiar que padece el síndrome de 5P, una afección genética poco común. Este gesto reflejó su sentido de comunidad y conexión personal, mostrando que, más allá de los logros deportivos, la empatía y el apoyo familiar son pilares fundamentales en su vida. La historia de estos atletas no solo subraya su habilidad en la pista, sino también su compromiso con sus valores y el legado de la marcha en España.
Leer noticia completa en El Mundo.