En 2025, las organizaciones se encuentran reevaluando sus opciones de infraestructura debido a las crecientes presiones económicas y cambios en las licencias de VMware. La virtualización sigue siendo un componente crucial, pero las nuevas dinámicas llevan a las empresas a cuestionarse si deberían continuar con VMware ESXi, cambiar a Proxmox VE o incluso considerar servidores bare-metal.
VMware ESXi sigue siendo la opción más firme y respetada en el ámbito empresarial, famosa por su rendimiento robusto y avanzada gestión de herramientas. Sin embargo, el aumento significativo en los precios tras la compra de VMware por Broadcom ha creado inquietud entre empresas medianas y proveedores de servicios. Aunque ofrece un ecosistema bien respaldado, su coste y dependencia de proveedores externos son vistos ahora como desventajas importantes.
Por otro lado, Proxmox VE está ganando terreno como una alternativa open source atractiva. Sin costes de licencia y con un enfoque en la flexibilidad, Proxmox ofrece una modernización asequible de la infraestructura sin comprometer la fiabilidad. No obstante, una adopción exitosa puede requerir mayor expertise técnico debido a su ecosistema menos desarrollado en comparación con VMware.
A pesar del dominio de la virtualización, las soluciones bare-metal resurgen con fuerza para aplicaciones que demandan el máximo rendimiento y control directo sobre el hardware. Aunque esta opción implica una gestión inicial más compleja, garantiza un aislamiento físico total y un rendimiento de hardware al 100%. El uso de almacenamiento en red avanzado, como el que ofrece Stackscale, facilita la integración de bare-metal con alta disponibilidad y sin interrupciones.
Técnicamente, las tres tecnologías presentan diferencias claras en su estructura de costos, facilidad de uso, y rendimiento. La decisión de cuál adoptar depende de las necesidades específicas de cada empresa, como la importancia del control de costes, la flexibilidad y las necesidades de rendimiento.
En cuanto al almacenamiento, soluciones compartidas y centralizadas como las de Stackscale son clave para superar limitaciones y asegurar la resiliencia de los datos, permitiendo migraciones fluidas entre diferentes entornos sin comprometer la disponibilidad.
La selección no es solo técnica, sino estratégica. Para muchas empresas, la combinación de prácticas híbridas —alojando ciertas cargas en VMware, otras en Proxmox y las más críticas en bare-metal— ofrece la agilidad y control que necesitan en un entorno cada vez más enfocado en la soberanía tecnológica.
En este complejo panorama, Stackscale emerge como un facilitador, proporcionando plataformas cloud privadas, bare-metal e infraestructuras dedicadas que promueven nubes soberanas y eficientes, adaptadas a las demandas del mercado europeo.
Más información y referencias en Noticias Cloud.