La industria vitivinícola enfrenta una de sus peores crisis en los últimos cinco años debido a la caída en el consumo, lo que ha motivado a los agricultores a ejercer presión sobre el Gobierno central para buscar soluciones efectivas. Un portavoz del sector, que ha heredado el trabajo en las viñas como tradición familiar, expresó la urgencia de medidas que alivien el exceso de producción que enfrenta el sector hoy en día. Entre las acciones propuestas se incluye la posibilidad de llevar a cabo un «arranque voluntario» de hasta 7.000 hectáreas de viñedos, que se sumaría a otras medidas ya establecidas, como la vendimia en verde y la destilación de excedentes.
Estas acciones buscan equilibrar el mercado y estabilizar los precios, permitiendo que los agricultores puedan sostenerse económicamente ante la disminución de la demanda. La combinación de prácticas tradicionales y soluciones innovadoras forma parte de un plan más amplio para revitalizar esta industria, que no solo es fundamental para la economía, sino también parte integral de la cultura y el legado de muchas familias. Con la intervención oportuna del Gobierno y el compromiso del sector, se espera poder mitigar el impacto de la sobreproducción y garantizar la sostenibilidad de las viñas en el futuro cercano.
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