Madrid, más allá de su bullicio urbano, revela un corazón verde que invita a la contemplación y el disfrute sereno. La ciudad, además de callejones y edificios históricos, ofrece diez rutas panorámicas que el Ayuntamiento, a través del Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, ha destacado como imprescindibles para reconectar con uno mismo y con la urbe.
Estos exploradores urbanos están invitados a recorrer senderos rodeados de arboledas, donde la naturalidad es accesible y gratuita. Caminando o en bicicleta, las rutas pueden ser personalizadas al ritmo de cada visitante, quienes descubrirán miradores que muestran un Madrid distinto, lejos del estrés cotidiano.
El recorrido comienza en el Distrito Centro con el Parque de la Cornisa, un balcón verde con vistas al Palacio Real y la Almudena, ofreciendo espectaculares atardeceres por encima de la Casa de Campo. No muy lejos, los Jardines de Las Vistillas son un refugio de tradición y cultura madrileña, especialmente vibrante durante las fiestas patronales.
La Cuña Verde de Latina ofrece un contraste entre la naturaleza y el skyline del centro, ideal para aquellos que buscan un respiro en el corazón de la ciudad. En el Distrito Moncloa-Aravaca, la Dehesa de la Villa es un bosque urbano que, con sus más de 70 especies de aves, conecta al visitante con la sierra de Guadarrama.
La legendaria Casa de Campo, con su vasto espacio y reconocido lago, sigue siendo un pulmón indispensable para los madrileños. No muy lejos, la Huerta de la Partida narra la historia de Madrid desde la ribera del Manzanares, un vínculo con el pasado agrícola de la ciudad.
El Parque Norte – Carmen Tagle en Fuencarral-El Pardo ofrece vistas únicas de las Cuatro Torres, destacando por su harmonía entre la modernidad y la tranquilidad verde. Mientras tanto, el Cerro del Tío Pío, conocido como ‘Las siete tetas’, observa la capital desde sus famosas colinas, brindando panorámicas inigualables.
El Parque Lineal del Manzanares fluye entre Puente de Vallecas y Usera, convirtiéndose en un espacio ideal para disfrutar de la interacción del agua con la arquitectura urbana de la capital, mientras que la Cuña Verde de O’Donnell ofrece instalaciones deportivas y miradores que acercan la naturaleza al entorno urbano.
Estos rincones de Madrid no solo elevan la mirada, sino también el espíritu. Para quienes piensan que ya lo han visto todo, estas rutas son una invitación a redescubrir la ciudad desde sus alturas, ofreciendo experiencias que van más allá de lo visual. En Madrid, cada vista es un refugio y cada parque, una oportunidad para reconectar con la esencia de esta vibrante metrópoli.
Fuente: Diario.Madrid.es