Un encapuchado abrió fuego anoche delante de un pub irlandés en Los Boliches, Fuengirola, provocando la muerte de dos personas. El crimen, que ocurrió alrededor de las 23.30, es el último de una serie de tiroteos en la provincia de Málaga, elevando a siete los incidentes desde el pasado Viernes Santo. Las autoridades manejan la hipótesis de que el ataque podría estar relacionado con el narcotráfico, aunque no se descartan otras motivaciones. La Policía Nacional ha iniciado una investigación, pero hasta ahora no hay detenidos. El atacante huyó rápidamente del lugar, dejando atrás el caos y la desesperación de los transeúntes y las víctimas.
Este evento es parte de un preocupante patrón de violencia que ha azotado diferentes localidades malagueñas como Marbella, Estepona, Mijas y la propia capital, donde se han registrado varios enfrentamientos armados. En estos incidentes se han perdido cuatro vidas y varios han resultado heridos. La Policía mantiene una vigilancia intensificada en la región, conocida también por sus actividades ilícitas y ajustes de cuentas. Un agente local comentó que, aunque Marbella tiene fama de ser un punto caliente, la violencia relacionada con el narcotráfico es especialmente notoria en Mijas, donde recientemente un hombre fue víctima de un brutal tiroteo. Mientras tanto, las comunidades afectadas por estos acontecimientos permanecen atrapadas en un ciclo de inseguridad y violencia creciente.
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