Las ofertas laborales fraudulentas que prometen contrataciones inmediatas sin experiencia y sueldos superiores al promedio, continúan replicándose con esquemas ya conocidos. Estos anuncios suelen llevar a entrevistas en oficinas mal acondicionadas, donde las aparentes posiciones de auxiliar administrativo o archivista resultan ser un engaño para invertir y vender productos con el fin, supuestamente, de asegurar un puesto fijo. Este tipo de estafas, que se difunden tanto en redes sociales como a través de carteles en espacios públicos, alcanzaron nueva notoriedad en el contexto del macabro caso del Rancho Izaguirre en Jalisco, donde el crimen organizado utilizó tales fraudes para forzar el reclutamiento.
Expertos advierten que estos anuncios apuntan especialmente a personas en situación de precariedad, como madres autónomas, estudiantes recién graduados y adultos mayores. La dificultad para frenar este tipo de engaños radica en la capacidad de los estafadores de cambiar constantemente de ubicación y medios de contacto. Alma Paz, reconocida orientadora laboral en redes sociales, aconseja investigar a fondo las direcciones y empresas ofrecidas, utilizando grupos en línea donde los usuarios comparten denuncias y advertencias sobre estas prácticas. A pesar de las recomendaciones y la evidencia acumulada por activistas y ciudadanos, las acciones legales insuficientes han facilitado que estas estafas sigan proliferando, a la par que iniciativas legislativas para exigir transparencia en las ofertas laborales han quedado estancadas.
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