El pasado 4 de julio, devastadoras inundaciones en Texas dejaron un saldo trágico con más de 100 personas fallecidas y numerosas desapariciones. El condado de Kerr resultó ser el más afectado, reportando más de 80 muertes, incluyendo 28 menores que se encontraban en Camp Mystic, un campamento a orillas del río Guadalupe. Este se desbordó debido a intensas lluvias, provocando una situación caótica. Janie Hunt, bisnieta de un reconocido petrolero, fue una de las primeras víctimas confirmadas. La conmoción se extendió a su familia, cuya fe y fortaleza han sido un consuelo en medio del dolor. La comunidad también lamenta la muerte de Sarah Marsh, una niña de Alabama, y recuerda con cariño a Dick Eastland, el dueño del campamento que falleció intentando rescatar a los atrapados.
La tragedia se extendió más allá del campamento. En la ciudad de Hunt, las hermanas Brooke y Blair Harber también perdieron la vida en el desastre, mientras que sus abuelos aún están desaparecidos. La devastación ha dejado a las familias de las víctimas en un estado de duelo profundo, reflejado en las emotivas despedidas y homenajes compartidos en redes sociales y plataformas de apoyo. Los testigos relatan momentos de valentía y amor, como el de Dick Eastland, descrito por su nieto como un héroe altruista. El dolor se mezcla con la solidaridad mientras las comunidades intentan recuperarse de esta catástrofe sin precedentes en Texas.
Leer noticia completa en El Pais.