El multimillonario Andrej Babis ha triunfado en las elecciones legislativas de Chequia, logrando un 34,9% de los votos con el 98,4% del escrutinio completado. Su partido, la Alianza de Ciudadanos Descontentos (ANO), aunque no alcanza la mayoría absoluta, podría gobernar con el apoyo de la extrema derecha del SPD y el partido de los Automovilistas. Estos resultados podrían impactar la posición de Chequia en la UE y la OTAN, dado el enfoque euroescéptico y prorruso de las formaciones aliadas. Babis, quien se perfila como el «Trump checo,» ha celebrado su éxito y se prepara para negociar la formación de un nuevo gobierno.
El actual primer ministro, Petr Fiala, ha reconocido que no podrá revalidar su gobierno tras obtener un 23,1% de los votos, golpeado por la inflación y otros problemas económicos. Babis se ha comprometido a bajar impuestos y aumentar pensiones, criticando al gobierno por su gasto en ayuda militar a Ucrania. Con comparaciones al presidente húngaro Viktor Orbán y Donald Trump, Babis adopta una postura pragmática al tiempo que administra sus intereses empresariales, que dependen de la UE. Las negociaciones para la formación del gobierno comenzarán pronto, mientras el presidente Petr Pavel señala que no aceptará nombramientos ministeriales contrarios a la pertenencia de Chequia a la OTAN o la UE.
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