Daniel Noboa ha logrado la reelección como presidente de Ecuador, obteniendo una victoria contundente sobre Luisa González, candidata de Revolución Ciudadana. Con el 92% de los votos escrutados, Noboa alcanzó el 56% frente al 44% de González, en una segunda vuelta electoral que superó las expectativas pronosticadas por las encuestas, las cuales indicaban un resultado más reñido. La derrota fue una sorpresa para el correísmo, que esperaba retomar el poder. Sin embargo, desde su discurso, González ha denunciado un presunto fraude electoral, aunque las acusaciones son desestimadas por Noboa, quien se refirió a su triunfo como indiscutible. La campaña se desarrolló en un clima polarizado, en el que Noboa se presentó como el candidato capaz de resolver problemas apremiantes del país, como la violencia por el narcotráfico y la crisis económica.
El panorama político ecuatoriano sigue divididido tras estos resultados. Noboa enfrentará el desafío de gobernar un país con tensiones políticas latentes, mientras que el correísmo, liderado desde el exilio por Rafael Correa, buscará validar sus reclamaciones de irregularidades en el proceso electoral. La diferencia significativa en votos hace que la tarea de probar un fraude se presente cuesta arriba para González, aunque podría continuar movilizándose políticamente en un intento por mantener su base crítica activa. Mientras tanto, Noboa deberá enfocarse en cumplir sus promesas de campaña para hacer frente a la inseguridad y mejorar la economía, problemas que se situaron en el centro del debate durante las elecciones. Su triunfo marca el inicio de un nuevo capítulo en la política ecuatoriana, que estará condicionado por su capacidad para gestionar las tensiones internas y cumplir con las expectativas de sus votantes.
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