A finales de septiembre, Víctor de Currea-Lugo fue visto junto al presidente colombiano Gustavo Petro y el músico Roger Waters en Nueva York, defendiendo un controvertido mensaje político. De Currea-Lugo, anteriormente profesor sobre el Medio Oriente, había sido objeto de denuncias de acoso sexual por antiguas estudiantes, que lo llevaron a renunciar a su designación como embajador en Emiratos Árabes Unidos en 2023. Pese a las críticas, Petro lo mantiene como asesor, y su presencia es cada vez más notable en el círculo gubernamental. Sus funciones han trascendido el tema de Medio Oriente, apareciendo en mesas de negociación con grupos paramilitares y movimientos sociales que protestan en Bogotá, lo que señala su creciente influencia en la administración.
La defensora del Pueblo, Iris Marin, ha criticado duramente su rol dentro del Gobierno, recordando las denuncias de acoso que pesan sobre él y cuestionando su idoneidad para ejercer cargos públicos. A pesar de las controversias, De Currea-Lugo continúa en su puesto y ha sido testigo de momentos clave, como el reciente viaje del presidente Petro a Arabia Saudita. Durante el viaje, donde el mandatario busca fortalecer lazos con el mundo árabe, Petro afirmó su compromiso con diversas áreas de cooperación, incluyendo turismo, tecnología e inversiones en energías limpias. De Currea-Lugo, a quien algunos critican por su pasado, parece ser un pivote estratégico en las relaciones internacionales de Colombia bajo la administración de Petro.
Leer noticia completa en El Pais.




