El vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, ha expresado optimismo respecto a las negociaciones con Rusia para terminar la guerra en Ucrania, durante su visita a Roma. Esta visión contrasta con las recientes declaraciones del secretario de Estado, Marco Rubio, quien sugirió que Washington podría retirarse de las conversaciones en caso de no ver avances en breve. Vance, en este sentido, se ha mostrado positivo sobre la posibilidad de alcanzar un final al conflicto. Su parada en Roma también coincide con la Semana Santa, una celebración que guarda especial significado para él debido a su reciente conversión al catolicismo. Durante su estancia, Vance espera compartir actualizaciones sobre las negociaciones con Rusia con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, a quien considera como una aliada clave en este proceso.
La visita no solo refuerza las relaciones con Meloni, quien ya estuvo en la Casa Blanca para reunirse con Donald Trump, sino que también subraya las tensiones existentes entre el gobierno de Trump y el Vaticano. Después de su encuentro oficial, Vance también visitará el Vaticano, donde la relación con la Administración estadounidense se encuentra en un punto delicado, especialmente tras las críticas del Papa Francisco a las políticas migratorias de Trump. A pesar de las diferencias, Vance se reunirá con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, aunque no podrá reunirse con el Papa debido a su reciente recuperación de una hospitalización. La diplomacia vaticana, encabezada por Parolin, ha manifestado su desaprobación hacia algunos de los recientes movimientos políticos de Estados Unidos, especialmente en lo que respecta a la reducción de ayudas humanitarias. Esto sugiere que, aunque las negociaciones con Italia sean cálidas, el contexto en el Vaticano podría ser más desafiante para el vicepresidente.
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