El Partido Popular ha acusado al Gobierno de Pedro Sánchez de complicidad con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, citando como prueba la intervención del embajador español en Caracas, Ramón Santos. Fotogramas difundidos por Jorge Rodríguez, hermano de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, muestran a Edmundo González siendo coaccionado en la residencia oficial del embajador español para firmar una carta aceptando la victoria de Maduro a cambio de permiso para exiliarse en España. El embajador permitió el acceso de los Rodríguez a la residencia, pese a que tienen prohibida la entrada a la Unión Europea, y se les dejó grabar la extorsión. Las imágenes publicadas han generado un fuerte rechazo hacia la gestión del embajador y las presuntas conexiones del PSOE con el chavismo.
La situación ha reavivado cuestionamientos sobre el papel de figuras socialistas como José Luis Rodríguez Zapatero, quien se acusa de mantener intereses personales en Venezuela. Según declaraciones de la oposición venezolana, Zapatero, mediador en múltiples ocasiones con el régimen de Maduro, tendría una relación económica con altos cargos del narcogobierno. Estas circunstancias han conducido a sospechas de que los vínculos de Zapatero y otros funcionarios socialistas con Venezuela no son meramente diplomáticos, sino que responden a intereses personales y estrategias político-económicas que favorecen sus acuerdos de poder, compartiendo el legado y las prácticas de sus predecesores.
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