El bloqueo en Buenaventura, uno de los principales puertos del Pacífico colombiano, fue levantado tras tres días de intensas negociaciones y disturbios que dejaron pérdidas millonarias. Comunidades indígenas y campesinas cerraron la vía que conecta el puerto con el resto del país, exigiendo el cumplimiento de acuerdos pasados por parte del Gobierno. Durante estos días, la ciudad enfrentó una crisis de abastecimiento, con 8.000 vehículos inmovilizados y un impacto significativo en el flujo de mercancías, entre ellas 150.000 toneladas de café y alimentos. La gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, aseguró que el acuerdo para el desbloqueo se logró en la noche del viernes, permitiendo la reactivación del tránsito y la operación portuaria.
La manifestación fue parte de una convocatoria nacional por el Congreso de los Pueblos y otras organizaciones, demandando atención de entidades como la Agencia Nacional de Tierras y los ministerios del Interior y de Ambiente. Luis Alfredo Campo, vocero de los manifestantes, enfatizó la necesidad de respuestas estatales a problemáticas estructurales en el Pacífico colombiano. Durante el bloqueo, se registraron actos de violencia, dejando a tres policías heridos. El desbloqueo coincidió con acuerdos en Bogotá, donde los manifestantes ocuparon sedes de cinco entidades. Ahora, el reto logístico es desahogar el tráfico represado, proceso que tomará hasta 24 horas, en un contexto nacional donde los bloqueos han causado pérdidas por 1,9 billones de pesos este año.
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