La prisión de Alcalá-Meco ha implementado un innovador taller de escritura creativa dirigido a sus internos con el objetivo de ayudarles a expresar sus emociones de manera constructiva. EL MUNDO tuvo la oportunidad de asistir a una de estas sesiones, donde los reclusos participan activamente, utilizando las palabras como herramienta para explorar y comunicar sus sentimientos. El ambiente es de colaboración y respeto, y se ha observado que esta iniciativa no solo fomenta la expresión personal sino que también mejora el clima emocional del centro penitenciario.
Los organizadores del taller destacan que la escritura creativa permite a los internos reflexionar sobre sus vivencias y encontrar nuevas formas de relacionarse con su entorno y su comunidad. A través de ejercicios específicos, se busca no solo desarrollar habilidades literarias, sino también fomentar la introspección y la empatía. Esta actividad, enmarcada en un plan más amplio de reinserción social, ha recibido críticas positivas tanto de los participantes como de los facilitadores, quienes subrayan el impacto positivo que tiene en la salud mental y emocional de los reclusos.
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