Los habitantes de Verín, en Ourense, se congregan con devoción en torno a sus cinco manantiales mineromedicinales, conocidos por sus propiedades beneficiosas para la salud. Uno de estos manantiales, la fuente de Cabreiroá, expide agua gasificada directamente desde las profundidades de la tierra, atrayendo tanto a lugareños como a visitantes. Óscar Chaves, jefe de recepción del parador de Verín, se ha convertido en una figura emblemática de esta tradición local. A pesar de haberse quedado calvo, aún guarda con cariño la memoria de los rituales de antaño, cuando confiaba en los poderes de estos manantiales. La ciudad, integrada culturalmente con la vecina portuguesa Chaves, representa un ejemplo de eurociudad donde cultura y turismo se entrelazan, ofreciendo una experiencia única gracias a su riqueza histórica y patrimonial.
El parador de Verín, un emblema de arquitectura autóctona que se asemeja a un tradicional pazo gallego, se presenta como un refugio idílico rodeado de un entorno natural exuberante. Con vistas al castillo de Monterrei, este lugar se convierte en un centro estratégico para el turismo sostenible, permitiendo a los visitantes disfrutar de senderismo, ciclismo y hasta juegos en familia en el ambiente sereno que proporciona su jardín junto a la piscina. En su restaurante, la oferta gastronómica se complementa con productos locales como el pulpo o el bacalao, regados con aguas embotelladas de los manantiales de la zona. En suma, Verín ofrece una experiencia de turismo auténtica, donde el agua, el vino de la comarca de Monterrei y el contacto directo con la naturaleza son la principal atracción, acogiendo a sus visitantes en un manto de tradición y modernidad que recalifica su oferta turística.
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