A inicios de julio, un video de un gato atrapado en una ventana basculante y rescatado por bomberos se volvió viral, evidenciando un peligro común pero poco conocido para los gatos domésticos. Aunque se reconoce ampliamente el riesgo que representan balcones y ventanas sin protección, las ventanas oscilobatientes —que permiten ventilar sin abrir del todo— son especialmente traicioneras. Estas aberturas, adecuadas en hogares modernos, ofrecen un espacio estrecho que invita a los felinos a intentar pasar, persiguiendo su curiosidad innata. Sin embargo, al hacerlo, suelen quedar atrapados, con su cuerpo atascado en una posición que puede resultar crítica, llevando a lesiones que varían desde daños superficiales hasta condiciones más graves.
Los veterinarios y organizaciones protectoras advierten sobre la neuromiopatía isquémica traumática que puede sufrir un gato en estas situaciones, donde la presión prolongada causa daño a los músculos y órganos vitales. A diferencia del síndrome del gato paracaidista, que incluye caídas accidentales, quedar atascado en una ventana basculante presenta un peligro más silencioso, ya que la falta de caída inminente puede dar una falsa sensación de seguridad. Para prevenir estos accidentes, se recomienda mantener cerradas las ventanas oscilobatientes y considerar instalar dispositivos de seguridad, como rejillas que eviten el acceso de los gatos a estos espacios peligrosos. Tomar estas precauciones es esencial para proteger a los gatos de los riesgos que representan estas estructuras aparentemente inofensivas en los hogares.
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