En un momento crucial para la política venezolana, Felipe González, histórico líder de la transición española, señala que el régimen de Nicolás Maduro ha perdido legitimidad, enfrentándose a una prueba contundente el próximo 10 de enero. Pese a las acusaciones de falta de apoyo popular, Maduro sigue firme en su intención de juramentarse, mientras Edmundo González Urrutia, presidente electo reconocido por varias naciones, permanece en el exilio. González Urrutia ha iniciado una gira por Latinoamérica para consolidar el respaldo internacional, siendo aclamado en Buenos Aires y contemplando un encuentro con líderes estadounidenses antes de su promesa de volver a Venezuela para asumir su cargo oficialmente.
El panorama político en Venezuela está tensamente polarizado con el ejército bajo estrecha vigilancia mientras se configuran alianzas estratégicas en la región. La reacción de otros países latinoamericanos es vista como una crucial prueba de su compromiso con la democracia frente al autoritarismo. La comunidad internacional permanece a la expectativa de posibles rupturas internas en las fuerzas armadas y la respuesta del régimen frente a cualquier intento insurreccionista. Con Maduro redoblando la represión y ofreciendo recompensas por González Urrutia, la situación revela la complejidad de un proceso de transición aún incierto pero acentuado por el clamor popular que exige cambio.
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