Las relaciones diplomáticas entre Venezuela y España han llegado a un punto crítico con la detención de dos ciudadanos españoles, presuntamente vinculados al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España, por las fuerzas del orden venezolanas. Diosdado Cabello, ministro de Interior y de Paz de Venezuela, aseguró que estas detenciones están relacionadas con un caso de tráfico de armas, en el que también se ha arrestado a ciudadanos estadounidenses. Cabello afirmó que las armas supuestamente iban a ser utilizadas para realizar acciones «fascistas» y responsabilizó tanto a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos como al CNI de España de estar detrás de estas operaciones. La tensión se incrementó con la denuncia de Venezuela contra las sanciones impuestas por Estados Unidos a 16 funcionarios venezolanos, vistas como una interferencia en los asuntos internos del país.
En el contexto de estas tensiones, la ministra de Defensa de España, Margarita Robles, abrió una nueva grieta diplomática al calificar al Gobierno de Nicolás Maduro como una «dictadura». Sus declaraciones ocurrieron durante un evento en el Ateneo de Madrid, arropada por destacadas figuras políticas y judiciales españolas. El conflicto se agrava con la ausencia de un enlace del Ministerio del Interior de España en Venezuela, tras la destitución del comandante de la Guardia Civil, Rubén Villalba, involucrado en la operación Delorme. Esta vacante, no cubierta desde su arresto, evidencia un vacío en la coordinación bilateral en materias de seguridad y defensa, lo que complica aún más las ya tensas relaciones entre ambos países.
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