Durante años, se ha idealizado lo femenino como un símbolo de bondad y pureza, estableciendo estereotipos que limitan la expresión personal de las niñas. Sin embargo, un reciente fenómeno cultural demuestra un cambio en esta percepción. Las jóvenes de hoy en día encuentran en figuras icónicas como Bette Davis una representación de rebeldía que las inspira. En lugar de conformarse con expectativas tradicionales, estas niñas están optando por un nuevo tipo de juego y exploración de identidad que desafía las nociones convencionales de feminidad.
Este comportamiento, que puede parecer sorprendente para algunos, refleja una evolución en la manera en que las nuevas generaciones interpretan el género y la personalidad. Enfrentadas a un mundo que ofrece múltiples posibilidades de expresión, las niñas están buscando modelos diferentes y más complejos que las actuales referencias sociales. A través de esta emulación de Bette Davis, están canalizando un deseo de autonomía y poder personal, sugiriendo un cambio más amplio en los roles de género y en la percepción de lo que significa ser mujer en la sociedad actual.
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