Veinte municipios de Cataluña han implementado la prohibición de fumar en alrededor de 80 playas, una tendencia en crecimiento en los últimos años. Quienes infrinjan esta normativa se enfrentarán a multas que pueden alcanzar los 600 euros. En localidades como Vila-seca, la policía local ha comenzado a imponer sanciones este verano, aunque el año pasado solo se advertía a los fumadores sobre las nuevas reglas. Mientras el consumo de tabaco en la arena está prohibido, aún es permitido en los chiringuitos, similares a las terrazas de bares.
Otras ciudades, como Barcelona, han prohibido fumar en todas sus playas, medida bien recibida por los ciudadanos pese a la persistencia de colillas en la arena. Municipios como Altafulla, Cadaqués y Lloret de Mar también han adoptado restricciones similares. Esteve Fernández, secretario de Salud Pública de la Generalitat, apoya una prohibición más amplia que abarque todas las playas de Cataluña, y sugiere que la medida se extienda a terrazas de bares y restaurantes, en línea con la futura ley antitabaco. Según Fernández, es crucial evitar que los niños consideren fumar un comportamiento socialmente aceptable.
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