El Gobierno gazatí, liderado por Hamas, emitió un comunicado denunciando lo que describieron como «una nueva masacre contra civiles hambrientos» en la ciudad sureña de Rafah. Según el informe, los actos de violencia ocurrieron en los puntos de distribución de ayuda humanitaria, exacerbando la ya crítica situación de los residentes que dependen de esta asistencia. La declaración del gobierno subraya la vulnerabilidad de los civiles en la región y hace un llamado a la comunidad internacional para investigar y condenar los incidentes.
Este suceso se enmarca en un contexto de tensión continua entre diversas facciones y actores internacionales, complicando los esfuerzos para aliviar la crisis humanitaria en la Franja de Gaza. La denuncia por parte de Hamas se suma a la creciente presión sobre organismos internacionales para intervenir y salvaguardar a la población civil. La situación en Rafah resalta las dificultades continuas que enfrentan los grupos humanitarios en la región, donde la escasez de recursos y la inseguridad persisten como desafíos críticos.
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