Los residentes de un barrio madrileño están alzando la voz contra un mercado callejero que se ha instalado en sus calles y que ofrece artículos de dudosa procedencia, así como productos de segunda mano. Este zoco improvisado, que ha generado inquietud entre los vecinos, ha motivado a los habitantes a solicitar la intervención tanto del Ayuntamiento como de la Policía, con el fin de erradicar la actividad que consideran perjudicial para la comunidad. Los residentes expresan su preocupación no solo por la legalidad de los artículos vendidos, sino también por el impacto que este ha tenido en la calidad de vida local, ya que la presencia del mercado ha contribuido a un aumento en el tráfico peatonal y vehicular, dificultando el tránsito diario.
En respuesta a estas demandas, se espera que las autoridades municipales evalúen la situación para determinar las medidas adecuadas que restauren el orden en la zona. La intervención policial podría ser una de las acciones tomadas para disuadir la actividad y disolver el mercado. Mientras tanto, los vecinos esperan con expectación que se tomen decisiones rápidas y efectivas que devuelvan la tranquilidad al barrio, argumentando que el entorno ha de preservar su integridad y seguridad para el bienestar de todos sus habitantes.
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